Habló la esposa de Pedro Gabriel S., el hombre que protagonizó un intercambio de disparos con agentes policiales durante un allanamiento a su vivienda de San Luis al 900.

Marcela Arguello es la esposa de Pedro Gabriel S., el hombre de 60 años que el pasado 26 de septiembre protagonizó un intercambio de disparos con agentes policiales del Grupo de Operaciones Complejas (GOC) durante un allanamiento en su vivienda de San Lorenzo. A dos semanas del episodio que conmovió a vecinos de San Luis al 900, la mujer decidió conceder una entrevista a Radio Black y Criterio Informativo. «Estamos destrozados como familia. Mi marido estaba durmiendo, escuchó ruidos e intentó defender la propiedad privada porque confundió a los policías con ladrones, ya que días atrás habían querido ingresar a nuestra casa», argumentó Marcela.

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En una audiencia celebrada el pasado miércoles en los Tribunales de San Lorenzo, se resolvió morigerar la prisión preventiva efectiva a domiciliaria de Pedro Gabriel S. por cuestiones médicas, ya que en el enfrentamiento con los uniformados el propietario de la vivienda recibió un disparo en la pierna izquierda y otro en el abdomen. De hecho, la imputativa del 28 de septiembre se realizó en el Hospital Italiano de Rosario, donde estaba internado el acusado.

«Mi marido tiene la mirada apagada. Siempre fue el sostén de la familia. Recibió un balazo en el fémur y le tuvieron que hacer dos intervenciones quirúrgicas. Le colocaron una prótesis y los médicos esperan que el cuerpo no la rechace. Es una zona complicada y podrían tener que amputarle la pierna», alertó Marcela Arguello.

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Cinco años atrás, Pedro Gabriel S. era propietario de una agencia de seguridad privada, razón por la cual tenía armas de fuego en la vivienda de San Luis al 600. «Fuimos víctimas de una falsa denuncia de la ex pareja de una de mis hijas, que se llama Javier Alejandro Luna. Nunca se hizo cargo de mi nieto, a quien abandonó a los 6 meses. Entre nosotros estamos criando al niño, al que amamos. Creo en la justicia divina», señaló Marcela sobre un conflicto familiar que devino en la orden de allanamiento.

A la hora que se produjo el procedimiento policial en la vivienda, Marcela ya había salido para atender los cuidados cotidianos del chico. «Mi marido no es ningún asesino. Defendió la casa porque creía que le entraban a robar. Los policías recién se identificaron cuando ingresaron a la casa. Estamos apenados por todo lo que sucedió. Sin caer en declaraciones demagógicas, enviamos condolencias a los policías heridos», concluyó la esposa del hombre de 60 años, imputado por tentativa de homicidio agravado (por ser las víctimas agentes de la fuerza de seguridad) y calificado, y por tenencia ilegal de arma de fuego.

Además, a Pedro Gabriel S. se le añadió la causa de amenazas calificadas que dio origen a la investigación, por un hecho ocurrido el pasado 20 de septiembre.