La legisladora sanlorencina estuvo la semana pasada en la planta que la firma láctea tiene en la localidad de Centeno. Dialogó con los operarios y apoyó el reclamo que mantienen por sus puestos de trabajo.

Al igual que en el año 2006, la empresa Sancor se encuentra al borde de la quiebra por deudas. Sin embargo, en esta ocasión el Gobierno nacional rechazó el pago de un rescate millonario y los propietarios de la firma están frente a un escenario muy complejo, que puede incluir el cierre definitivo, la venta a inversores extranjeros o el recorte de personal.

La situación crítica del sector lácteo se debe en gran parte a la baja de los niveles de consumo que cayeron a 23 litros por habitantes al año, un promedio que remite al año 2001. La empresa tiene una capacidad de producción de 7,5 millones de litros de leche por día, sin embargo hoy funciona a menos de la mitad.

Esta situación llevó a la suspensión de cuatro plantas (en las localidades santafesinas de Brinkmann, Charlone, Moldes y Centeno), donde trabajan 500 personas a las que se les otorgó 30 días de vacaciones, sin saber qué ocurrirá con sus puestos de trabajo luego de este período.

La diputada provincial Claudia Moyano, junto a sus pares de la Comisión de Asuntos Laborales, estuvieron el jueves de la semana pasada en la empresa ubicada a 100 kilómetros de la ciudad de Rosario, en el departamento San Jerónimo para acompañar a los trabajadores de dicha sucursal.

«Los empleados comenzaron una manifestación pacífica pidiendo explicaciones sobre lo que pasará una vez que concluya este período. La comisión que integramos busca acompañar a los trabajadores, y así facilitar todos los medios necesarios para que sus reclamos sean escuchados», manifestó la legisladora sanlorencina.