«Sin complicidades del poder político, policial, judicial, económico y financiero no sería posible llegar a la situación en la que se encuentra la ciudad», alertó el Sumo Pontífice.
En las puertas de Semana Santa y ante la crisis de inseguridad que vive Rosario, el papa Francisco envió este martes un mensaje especial a los rosarinos en donde alerta que «sin complicidades del poder político, policial, judicial, económico y financiero no sería posible llegar a la situación en la que se encuentra la ciudad».
«Es necesario fortalecer la comunidad», resaltó el religioso, quien planteó que «todo pueblo tiene en sí mismo las herramientas para superar aquello que atenta contra su propia integridad y contra la vida de sus hijos más débiles». En ese marco, remarcó que «nadie de buena voluntad puede sentirse exclusido ni ser excluido de la gran tarea de que Rosario sea un lugar en el que todos puedan experimentar ser hemanos».
En un tono más fuerte, alertó que «sin complicidades de un sector del poder político, policial, judicial, económico y financiero no sería posible llegar a la situación en la que se encuentra la ciudad de Rosario». En ese marco, abogó por «rehabilitar la política» para que busque el bien común y pidió: «Todos los sectores políticos están llamados a transitar al gran camino del consenso y el diálogo para generar leyes y políticas públicas que acompañen el proceso de recuperación del entramado social».
En ese marco, resaltó que «nadie se salva solo, aún en barrios privados se puede encontrar la inseguridad y la amenaza de consumo para sus propios hijos».
«En todo sistema mafioso los pobres son el material descartable, los invito a aunar esfuerzos para que estado e instituciones intermedias brinden espacios comunitarios en barrios vulnerables. crear comision espara que niños adolescentes y jovenes tengan desarrollo humano integral para futuro superador al que tuvieron sus padres y abuelos», sostuvo.
Remarcó que «Rosario tiene gran riqueza de instituciones. Todos podemos colaborar y ser parte de los espacios deportivos, educativos, comunitarios». Y ante el panorama complejo que enfrenta la ciudad, planteó. «El temor siempre aísla, el temor paraliza. No teman comprometerse con los otros para ser respuesta pacifica e inspiradora», pidió en otro tramo de su alocución.
«La iglesia siempre es llamada a acompañar a los familiares de las víctimas que han perdido su vida a causa de la violencia, los enfermos, a quienes viven el flagelo de adicciones y familiares, a quienes están presos y luego necesitan un camino de reinserción, a quienes viven en situaciones de vulnerabildad extrema. La parroquia es la iglesia que se hace vecina», resumió.
«Queridos hermanos y hermanas rosarinos, estoy cerca de ustedes. La virgen del Rosario intercede dia y noche por todos sus hijos», sostuvo. «Que Dios los bendiga, un abrazo», cerró.
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