Los consumidores están optando por ofertas y productos de marcas secundarias y terciarias debido a los aumentos de precios.
El consumo sufre una brusca caída y los supermercados están implementando diversas estrategias para recuperar sus ventas. La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) reveló recientemente que todas las cadenas de supermercados están sintiendo los efectos de esta situación.
La inflación de dos dígitos ha alterado los hábitos de consumo, reduciendo la cantidad de productos vendidos y obligando al sector alimenticio a ajustar sus estrategias para mantenerse a flote. Según la CAME, las ventas minoristas de pequeñas y medianas empresas cayeron un 25,5% anual en febrero, siendo el rubro de Alimentos y Bebidas uno de los más afectados con una caída del 33,3%. Los consumidores están optando por ofertas y productos de marcas secundarias y terciarias debido a los aumentos de precios, especialmente en productos como gaseosas, jugos, aguas y carne.
Ante este panorama, los supermercados han intensificado sus esfuerzos para revertir la situación. Se están incrementando las promociones y descuentos, y se han ampliado los días de ofertas. Además, se observa un aumento en el uso de tarjetas de crédito en lugar de débito y efectivo, probablemente debido a las promociones bancarias y de billeteras virtuales.
Según Palpacelli, presidente de FASA, se está produciendo un cambio en los hábitos de consumo, con los clientes realizando compras más frecuentes pero de menor cantidad de productos en cada visita al supermercado.
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