El contrato del jugador puertense finaliza el 30 de junio. Mientras pasa la cuarentena en nuestra región, entrena y piensa en su futuro dentro del fútbol profesional. «Trato de mantenerme activo, pero vamos a necesitar una pretemporada antes de retomar», expresó.

Gustavo Villarruel se encuentra transitando la cuarentena en nuestra región. Había venido de visita a Puerto General San Martín cuando se confirmó el parate del fútbol argentino, por lo que pasó el período de aislamiento junto a su familia.

El futbolista, actualmente en Tigre, es uno de los tantos que finaliza su vínculo contractual el 30 de junio y aún desconoce cómo será su futuro. De todas formas, entiende la gravedad de la crisis sanitaria: «Hoy por hoy lo más importante es cuidarse para que todo salga mucho mejor que lo que venimos hasta ahora», sostuvo en diálogo con el programa Zona de Juego de Radio Black 92.5.

En cuanto a la rutina de entrenamiento, el poco espacio con el que cuenta donde está viviendo le juega una mala pasada. Sentadillas, pesas y no mucho más puede practicar el jugador que llegó a mediados del año pasado al club de Victoria que milita en la Primera Nacional. «Seguramente será difícil la vuelta a los entrenamientos. Trato de mantenerme activo, pero vamos a necesitar una pretemporada antes de retomar», dijo el exColón.

En cuanto a su situación contractual, reconoció que el panorama es complicado. «Hay muchas reuniones para ver si se renueva, pero está a la deriva. Estamos esperando que sea algo definitorio y lo mejor para todos». A su vez, confesó: «Estoy cómodo en Tigre y me gustaría quedarme. Si surgen otras propuestas, lo hablaremos con mi representante».

El Tigre de Pipo Gorosito sorprendió al fútbol argentino por su forma tan vistosa de jugar. A pesar de haber descendido en la temporada 2018/19, fue animador del campeonato y coronó esa etapa con un título en la Copa Superliga. Sin embargo, ese estilo fue difícil de implementar en la Primera Nacional: «Es otro el juego, hay más roces, son distintas las canchas. Nos costó un poco en el primer semestre y en el segundo ya le estábamos agarrando la mano cuando llegó la pandemia», concluyó Villarruel.