domingo , 5 mayo 2024

Vagabundo les robó y vendió el perrito: lo buscan desde hace 10 días

El caniche toy se llama Faruk y le pertenece a la familia Sanguino, de barrio Moreno. El linyera que se lo llevó estaba tan drogado y borracho que afirmó no recordar a quién se lo vendió.

Una familia de barrio Moreno busca con desesperación al caniche toy que le robaron diez días atrás en Corrientes al 1000, en San Lorenzo. Realizaron la denuncia policial de la pesadilla que viven desde el lunes 12 al mediodía, cuando un linyera se llevó al perrito llamado Faruk.

Apuntaron a un tal Tato como el responsable de haberse robado la mascota. Pero cuando lo fueron a buscar a un asentamiento irregular de José Hernández, el vagabundo ya había vendido al perrito de la familia Sanguino.

El apodado Tato le afirmó a los dueños de Faruk que estaba tan drogado y borracho que no recordaba a quién se lo había vendido. «El perro desapareció un lunes al mediodía en la puerta de casa. A las 2 de la tarde de ese día ya teníamos folletos impresos para salir a repartir y comenzar la búsqueda», señalaron.

Mientras repartían folletos, una vecina les alertó que un tal Tato, de barrio José Hernández, andaba ofreciendo a Faruk. «Nos fuimos con toda mi familia hacia ese asentamiento. Fuimos con la intención de ubicar a Tato y una chica de ahí nos dijo que le había regalado el collar de nuestro perro. Recuperamos el collar pero no el perro», indicaron los dueños del caniche.

La chapita del collar que recuperaron de Faruk tiene el nombre del perro, la dirección y un número de teléfono. «O sea, todas las indicaciones para poder devolverlo. Identificamos a quien se robó al perro, y unos días después al supuesto comprador», ampliaron.

Cuando encontraron a Tato en otro asentamiento luego de un par de días de búsqueda, «reconoció que había robado el perro, pero que no recordaba a quién se lo había vendido porque estaba muy borracho y drogado», manifestaron.

Los dueños de Faruk le dieron dos horas a Tato para devolviera el perro. «Pero cuando volvimos ya no estaba más ahí. Llamamos a la Policía y revisaron todo: no estaban ni Tato ni el perro».

Publicaron la foto del linyera, que reconoció haber robado y vendido al perro. «Para que otros vecinos nos alerten y supiéramos dónde estaba. Nos mandaron un mensaje de que sabían dónde estaba. Lo ubicamos y llamamos a la Policía. Fuimos con el tal Tato hacia la casa del supuesto comprador. No nos atendió nadie».

Ayer fueron todos a la comisaría para que le tomaran declaración a Tato. «Ahí apareció el supuesto comprador, negando la tenencia del perro. Nos dijo que no lo había comprado ni lo conocía a Tato», lamentaron.

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