martes , 30 abril 2024

Siete años de cárcel para la madre del temible capo narco Brandon Bay

Erica Altamirano, de 50 años, fue sentenciada a 7 años y 4 meses de prisión por liderar la banda narcocriminal junto a su hijo, y también por coimear a policías para facilitar la liberación de su hija Flavia Bay durante un procedimiento policial.

El miércoles en el Centro de Justicia Penal, el juez José Luis Suárez resolvió homologar el procedimiento abreviado presentado por la Fiscalía, condenando a Erica Elena Altamirano, de 50 años, a la pena de 7 años y 4 meses de prisión efectiva, y la multa de 100 mil pesos por los delitos de jefa de asociación ilícita en carácter de autora y cohecho activo en grado consumado en carácter de coautora.

El fiscal Pablo Socca le atribuyó a Erica Altamirano haber formado parte junto a sus hijos Brandon y Giuliana Bay, Javier A., Luis S., Jésica A., Mabel A., Jorge N. y Brian G. y otras personas ya imputadas, haber formado parte de una asociación ilícita que se dedicó a cometer delitos contra las personas, contra la vida, contra la propiedad y contra la administración pública, en la localidad de San Lorenzo y en el barrio Tiro Suizo de Rosario.

Esta organización funciona al menos desde el 20 de agosto de 2019 hasta el hasta al menos el 15 de septiembre de 2021; procurando ocupar sectores de la ciudad de Rosario y de San Lorenzo y excluir de allí a otras bandas antagónicas en la disputa territorial por el narcomenudeo.

Para llevar a cabo ese objetivo los integrantes de la asociación liderada por Brandon Bay cometieron diversos delitos, entre otros, el robo de vehículos, robos a viviendas, homicidios, lesiones, atentados contra las personas, amenazas, portación y tenencia ilegal de arma de fuego y municiones, y venta ilegal de drogas.

El rol de Erica Altamirano era ser líder de la asociación ilícita cuya jefatura también ejercía y sigue ejerciendo su hijo Brandon Bay, condenado a prisión perpetua por tres asesinatos en San Lorenzo, entre otras causas que se le sigue por delitos provinciales y federales.

Erica Altamirano era la encargada de la organización criminal desde que su hijo y otros miembros importantes de la banda cayeran detenidos, realizando algunas tareas que sus hijos le indicaban desde la cárcel mediante llamadas telefónicas, pero además realizando personalmente las tareas que aquellos no podían ejecutar por encontrarse actualmente detenidos.

La madre de Brandon Bay controlaba y supervisaba los negocios ilícitos -entre ellos, la venta ilegal de estupefacientes-, encargándose de fraccionar la droga en envoltorios para armar las bolsitas, ocultando y escondiendo las dosis en su domicilio de calle Dinamarca al 500 bis de Rosario, para su posterior entrega a otros integrantes de la asociación que se encargaban de su comercialización en otros puntos de venta de la banda.

Además escondía, guardaba y ocultaba en su domicilio armas de fuego de la banda y teléfonos celulares utilizados por diversos miembros para la comunicación y la organización de la logística necesaria para su funcionamiento. Se encargaba de ayudar a los integrantes de la organización cuando estos caían detenidos por hechos ilícitos.

Entre otras de sus funciones, Erica Altamirano se encargaba y se ocupaba de gestionar la administración de los bunkers de la banda. Ello, al menos desde el 19 de diciembre de 2020 hasta el 15 de septiembre de 2021, fecha en que se secuestró droga en otro de punto de venta de la banda.

Por su parte se le atribuyó a Erica Altamirano haber ofrecido y entregado la suma de 50 mil pesos al suboficial de la Comisaría 32ª, Axel T. con el fin de que su hija Flavia Bay y el llamado Luis Gabriel S. (ambos imputados) recuperen su libertad de manera fraudulenta mediante la maniobra ilícita de incluir documental no secuestrada en las actuaciones policiales confeccionadas a raíz de un procedimiento del Comando Radioeléctrico de Rosario, realizado el 9 de septiembre de 2021, cuando se produjo la detención de Luis S., Flavia Bay y el secuestro de un auto en el que circulaban con pedido de secuestro activo.

La inclusión de este documento en las actuaciones de la Comisaría 32ª –siendo un boleto de compraventa automotor firmado por el supuesto vendedor-, simulando que había sido secuestrado en dicho procedimiento del Comando Radioeléctrico, tenía por objetivo inducir a error al fiscal de turno al momento de la consulta para que el mismo disponga la libertad de los detenidos.

Así Erica Altamirano, aquel 9 de septiembre de 2021 a las 1.35 de la madrugada, recibió una llamada telefónica del llamado Luis S. -quien se encontraba detenido en la Comisaría 32ª- quien le transmitió la propuesta del suboficial Axel T. de abonar la suma de 50 mil pesos para dejarlos en libertad mediante esa maniobra fraudulenta.

La llamada fue realizada desde el teléfono de Luis S., que estaba secuestrado y había sido entregado previamente por personal del Comando Radioeléctrico a los efectivos de la Comisaría 32ª: el oficial Hugo Orlando F., la suboficial Magalí C. y el suboficial Axel T., quienes incumplieron sus deberes de funcionario público al permitir que Luis S. manipule y utilice su teléfono celular el cual estaba formalmente secuestrado, alterando de esa manera un objeto a servir de prueba en el proceso judicial.

Entre las 2 y las 6 de aquella madrugada, Erica Altamirano concurrió con otras personas, aún no identificadas, a la Comisaría 32ª de Rosario, y le hizo entrega Axel T. del boleto de compraventa automotor mencionado y la suma de 50 mil pesos.

A las 6.35 de la madrugada, Axel T. se comunicó al celular del fiscal de turno transmitiendo las circunstancias de la aprehensión Luis S. y Flavia Bay, y además informando falsamente que ambos exhibían un boleto de compraventa automotor, suscripto por el vendedor y la compradora Flavia Bay, ayudando de esta manera a los detenidos a eludir la investigación en su contra y alterando las pruebas, actuando con ánimo de lucro y en su carácter de funcionario público, todo ello con el objetivo final de conseguir la libertad prometida a cambio de la suma de dinero.

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