El atacante de 18 años debutó en la Primera División el pasado lunes ante Gimnasia. Pasó por las infantiles de Villa Cassini, donde fue visto por captadores de la lepra. Integró juveniles de la Selección Argentina y el año pasado firmó su primer contrato como profesional.

Brian Aguirre se convirtió el pasado lunes en otro de los nombres que engrosará la lista de jugadores surgidos de nuestra región que lograron llegar a la Primera División del fútbol argentino. El delantero de 18 años hizo su debut ante Gimnasia y Esgrima de La Plata, por la undécima fecha de la Copa Liga Profesional.
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Probablemente su salto a primera no se produjo no en el mejor contexto. Newell’s perdía por 2 a 1 y necesitaba frescura en los últimos metros de la cancha, con el propósito de alcanzar la igualdad. Ese resultado no llegó, pero poco importará para el jugador baigorriense con pasado en la Liga Sanlorencina, que sumó sus primeros minutos en la máxima categoría.

Aguirre comenzó a jugar a los 5 años en San Fernando de Granadero Baigorria. A los 8, pasó a Villa Cassini para defender los colores del club bermudense en el fútbol local. Con José Torrilla como entrenador, permaneció hasta que los captadores Carlos Domínguez y Cristian Salomón lo vieron en una prueba de jugadores y decidieron llevarlo.

Llegó a Newell’s en 2015, con 12 años de edad. Debutó en la Asociación Rosarina y dos años después comenzó a frecuentar los torneos de AFA.  Su buen rendimiento lo llevó a formar parte de los procesos de selecciones juveniles de Argentina, e integró la delegación que se quedó con el Mondial Football Montaigú de Francia, en 2019.

En 2020 fue llamado para participar de su primera pretemporada con la Primera División, en aquel entonces con Frank Kudelka como director técnico, y en septiembre pasado llegó la posibilidad de firmar su primer contrato como jugador profesional. En una entrevista concedida al diario La Capital, confesó que con el primer sueldo ayudaría a sus abuelos, Beatriz Aranda y Francisco Miño, que no se pierde ningún partido: «Gracias a ellos soy lo que soy. Siempre viví con ellos».