Iván Pillud habló sobre los padecimientos que sufrió producto de la enfermedad en el año 2013. «La contraje por transmisión sexual, no me da vergüenza decirlo y siempre se lo explico a los más chicos», sostuvo.

«El partido más difícil que jugué fue cnotra la hepatitis B». Así de contundente fue la respuesta de Iván Pillud. El defensor bermudense que actualmente defiende los colores de Racing Club habló sobre los padecimientos que sufrió producto de la enfermedad que contrajo en el año 2013.

«Al principio no sabía lo que era la enfermedad. La contraje por transmisión sexual, no me da vergüenza decirlo y siempre se lo explico a los más chicos y lo hablo con mis amigos. Te produce una infección en el hígado. Me hice controles todos los días y eso está vinculado con el VIH. Cuando arrancó la enfermedad, me bajaron las defensas, me empecé a poner amarillo, me subió la bilirrubina, estaba muy flaco y me costaba levantarme para venir a entrenarme», comenzó a narrar el defensor en diálogo con un medio bonaerense.

Recordó la «fuerza mental» que tuvo en aquel momento, a punto tal que disputó dos partidos con hepatitis B: «El primero fue contra Tigre que perdimos 2 a 0, como visitante, y después perdimos de local con Arsenal 2 a 1. Yo hacía una o dos semanas que tenía la enfermedad».

Luego, el futbolista reveló una situación que vivió con su mamá. “Y mirá lo que son las madres, cuando termina el partido con Tigre me llama y me dice: ‘Qué te pasa, ese que jugó no sos vos, ese no es mi hijo’. Yo no tengo expulsiones en mi carrera, mi viejo me dice que tengo que pegar más, pero ese día fui un desastre y pegué un par de patadas de torpe, por falta de coordinación. Se dio cuenta de que algo tenía. Y la verdad que yo iba a mi casa y me la pasaba durmiendo. Cuatro o cinco horas de siesta, me sentía desganado».

Tras ese partido, Pillud debió sortear el control antidoping y allí empezó todo: «El médico me dijo que quería hacer un estudio más. A la mañana siguiente voy al hospital Italiano, me hacen los análisis y la hepatóloga me dice: ‘Vos tenés hepatitis’. Pensaban que era la A, que era la más común. A las dos horas, cuando sale la hepatóloga, me comunica que es la B. No tenía la dimensión de la enfermedad. Pero el médico me mira y lo noté asustado. Me dijo ‘es re jodido, Iván’».

No obstante, el oriundo de Capitán Bermúdez aseguró que esa enfermedad le sirvió para aprender: “Ahí se dio un quiebre en mi vida. Fue un cambio muy grande. Pero desde ese momento empecé a estudiar la enfermedad, lo importante y lo difícil que era salir de esa enfermedad. Me hacían notas y me decían que no dijera que tuve hepatitis B. Y no me daba vergüenza, sentía la necesidad de que la gente supiera lo complicada y lo grave que es la enfermedad. Que se conozcan los cuidados que hay que tener para evitarla”, destacó.

En el mismo sentido, contó por qué su padecimiento se hizo tan público: “Quería contar cómo es la enfermedad. Me parece que los futbolistas hoy tienen un lugar especial y quizá desde ese lugar se amplifique ese mensaje. Somos un fiel reflejo para las cosas buenas y las malas. En ese momento se lo conté a los chicos para que se cuidaran, que no sean boludos como yo. Gracias a Dios no tuve secuelas, pero hay gente que las padece. Estuve dos semanas postrado en una cama”, concluyó.