Empresarios del sector afirman que tras 30 o 40 días de navegación, este puerto privado no autoriza el ingreso de camiones de agua potable para reabastecer a las tripulaciones.

El suministro de agua potable a buques que ingresan a nuestra región se ve afectado desde hace tiempo, ya que según denunciaron varias empresas del sector, no es posible prestar el servicio en los muelles de Renova. Así es como barcos provenientes de China, por ejemplo, necesitan abastecerse de agua potable tras 30 días de navegación, para emprender el regreso, en el plazo de otros 30 días.

Si bien la OIT (Organización Internacional del Trabajo) considera al agua como un derecho humano básico del trabajador, esta situación se viene produciendo en el mencionado puerto privado de Timbúes desde que el agua debe ser declarada en la Aduana.

La situación actual

Empresarios locales del sector de provisión de agua explicaron: «Las terminales portuarias deben contratar un despachante de aduana para que el barco se lleve el agua, ya que este vital elemento debe ser documentado como una exportación. Entonces las terminales no quieren esa complicación y dejan que los barcos se arreglen como puedan, que se quejen en las agencias marítimas. Entonces no nos permiten el ingreso con camiones, debidamente habilitados para tal fin, ¡pero arriba de los barcos van personas!»

En nuestra zona, corazón de la Hidrovía, son muchas las empresas que se dedican al servicio de suministro de agua a buques que llegan desde diferentes latitudes del planeta. El suministro se realiza a barcos atracados en los muelles de las zonas de servicio de las industrias de nuestra región. Se realiza a través de una tubería fija de servicio, un camión cisterna, otro elemento de transporte terrestre o barcos aguateros.

Este servicio comercial debe ajustarse a las condiciones particulares que determine la autoridad portuaria con el objeto de garantizar su realización de forma compatible con los usos portuarios y con el funcionamiento operativo de puerto, en condiciones y con los medios para garantizar la seguridad y la calidad ambiental del servicio.

Antecedentes

El país tiene varios antecedentes de venta de agua. La venta de agua al exterior no es nueva. La compañía de comercio exterior Makhena, con sede en la calle Perú 666 de Capital Federal, llevó a cabo envíos entre 1983 y 1987, pero luego los desactivó por el encarecimiento del flete marítimo.

La provincia de Misiones se preparó para exportar parte de sus recursos hídricos. Río Negro evaluaba comercializar el vital elemento de vertientes o de sus ríos. «Si podemos recuperar los 900 metros cúbicos por segundo que estamos tirando en el mar, y encima nos pagan por eso, bienvenida la venta de agua a los chinos, japoneses, a los rusos y a los indios», declaró Miguel Saiz mientras era gobernador.

Los envíos de agua al exterior empezaron a gestarse en la provincia de Santa Fe, con la carga de agua a granel en barcos que navegan el Paraná. Y estos fueron los antecedentes que pusieron freno a la venta libre de agua.

Dada esta situación, en el 2011, la Universidad Nacional de Rosario pidió al gobierno de Santa Fe que investigue la carga del líquido en los barcos que surcan el Paraná. De la mano de la falta de legislación precisa y una demanda especial en ciertas áreas del planeta, el agua aparece como un nuevo recurso exportable, aunque no figura como ítem en el nomenclador.

«Renova no quiere complicaciones»

Lo cierto es que todo buque que atraca en Renova se va sin agua potable. «Mandamos notas a Prefectura y a todos los organismos que corresponde, pero Renova no quiere complicaciones. Te dicen que no está autorizado y punto. Pero van personas arribas de los buques», remarcaron los empresarios del sector. Se plantea el interrogante ¿Los razones comerciales son superiores a las humanitarias? ¿Cuál es el por qué de la negativa?

Puerto: amenazó a su ex mujer y lo agarraron con un arma lista para disparar