La derrota de Omar Perotti en la provincia de Santa Fe y el triunfo de Javier Milei a nivel nacional han generado una reconfiguración del peronismo en la región, marcada por la pérdida de conexiones directas con el gobierno provincial y nacional.
En Santa Fe, Maximiliano Pullaro, líder de la alianza con el socialismo, sucede a Perotti. Este cambio afecta a los intendentes y presidentes comunales peronistas, cuyos recursos dependen de la provincia y nación, creando una situación de vulnerabilidad política y financiera.
En tanto, la victoria de Milei deja al peronismo sin acceso directo a funcionarios de primera línea a nivel nacional. Solo Carlos De Grandis, respaldado por los recursos del municipio de Puerto General San Martín, y el senador Armando Traferri mantienen fortaleza y autonomía en este contexto de debilidad.
En contraste, concejales como Martín Cerdera en San Lorenzo, vinculado al kirchnerismo, se ven afectados al perder recursos antes accesibles. La figura de Agustín Rossi siempre fue el respaldo del concejal, para sostener su estructura y recursos políticos.
Mientras tanto, perfiles como Esteban Aricó, estrechamente ligado a Perotti, deben replantear estrategias tras la derrota. El Delfín del gobernador saliente, utilizó de manera casi pornográfica los recursos que le destinó el poder provincial para su última campaña a intendente, donde el peronismo cayó derrotado una vez más por el oficialismo que lidera el intendente Leonardo Raimundo.
En este escenario, los concejales se encuentran expectantes, evaluando sus posicionamientos y adaptándose a la nueva dinámica política, mientras el peronismo regional busca redefinirse frente a un panorama incierto y desafiante.
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