El futbolista bermudense, que actualmente se desempeña en Independiente Santa Fe de Colombia, no se olvida de sus orígenes y tuvo un acto de amor con el club de barrio que lo vio nacer.

Oriundo de la ciudad de Capitán Bermúdez, Jonathan Gómez comenzó su carrera futbolística en las categorías infantiles del Club Defensores de Santa Catalina. Allí permaneció durante varios años, hasta que Rosario Central descubrió el virtuosismo del mediocampista y lo llevó para sus filas.

De la mano de Pablo «Vitamina» Sánchez, llegó el debut en Primera División. Fue en el Apertura 2008 y en un partido que el equipo canalla perdió frente a Colón, 1 a 0, en el Gigante de Arroyito. En el club rosarino se mantuvo hasta finales del 2010, registrando un total de 64 partidos y 1 gol (a Gimnasia de La Plata) y donde le tocó formar parte de varios planteles repletos de juveniles, heredando inclusive la emblemática número 10.

El fútbol lo llevó a vestir la camiseta de Banfield, Real Murcia de España, Arsenal de Sarandí y Atlético de Tucumán. Sin embargo, encontró su lugar en el mundo en Colombia, con una excelente temporada en la Liga Postobon defendiendo los colores de Deportivo Pasto, que lo catapultó a transformarse en uno de los refuerzos del poderoso Independiente Santa Fe.

Lo cierto es que, a pesar de los kilómetros recorridos y los años de profesionalismo, Jonathan Gómez no olvida aquellos primeros pasos en el predio de Hipólito Yrigoyen y El Chocón, el amor por el club de barrio, el sentido de pertenencia por un lugar, sus orígenes. Y decidió trasladar su sentir a la piel, con lo cual a la distancia y a través de su cuenta de Facebook publicó una foto donde muestra el tatuaje con el escudo del Club Santa Catalina, que decidió realizarse en su brazo izquierdo.

«Recordando el club que me vio nacer y me abrió las puertas para hoy poder estar donde estoy, agradecido y un orgullo llevarlo en la piel»