El comisario investigado por pedir coimas a los internos en la Unidad Regional XVII aseguró que «no hay un reglamento sobre lo permitido y lo prohibido» y advirtió que «existen falencias en el sistema».
El comisario José Eduardo Budiño ensayó una prolongada exposición durante la audiencia que se celebró este lunes en los Tribunales de San Lorenzo. Refutó casos puntuales de la evidencia presentada por Fiscalía, afirmó que «en la Alcaidía se improvisa para tener detenidos en tránsito» y argumentó: «En los cursos que dicta la Policía jamás se nos instruye como Servicio Penitenciario ni tampoco sobre las condiciones de detención».
Asimismo advirtió que «no hay reglamento sobre lo permitido y lo prohibido» y que «existen falencias en el sistema». En su declaración ante el juez Eugenio Romanini, precisó que «en la Alcaidía hay un jefe y tres efectivos por guardia, con un móvil que hay que atarlo con alambre».
Budiño reiteró lo dicho en la audiencia posterior a su detención, dispuesta el pasado 3 de agosto por una investigación que lleva adelante el fiscal Aquiles Balbis: «Tengo 27 años de servicio. Nunca tuve un inconveniente legal. Nunca un día de arresto. Hice todo lo necesario para cumplir con la ley. Mucha gente conoce mi hombría de bien en los Tribunales».
Y remarcó: «En las audiencias de apelación me han tratado muy mal. La jueza (Carina) Lurati no autorizó a que me sacaran las esposas. Me degradaron como a un delincuente de alto perfil, cuando siempre me puse a disposición de la justicia».
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«Mis superiores estaban al tanto», señaló Budiño en relación a los elementos secuestrados en Alcaidía, como teléfonos celulares, televisores, equipos de audio, routers inalámbricos, cuchillas y chairas para afilar, entre otros. «Dos días antes de mi detención, ordenaron una requisa en los pabellones. Si no observaron nada raro, entonces avalaron», planteó Budiño en su defensa.
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