El presidente Pedro Sánchez decretó el estado de alerta luego de conocerse que hay más de 4.200 infectados y 100 personas fallecidas a causa del virus. La locutora Julieta Fedele vive en Tarragona y habló esta mañana en Radio Black: «El nivel de contagio es alarmante», sostuvo.

El presidente de España, Pedro Sánchez, decretó este viernes el estado de alerga luego de conocerse que hay más de 4.200 infectados y 100 personas fallecidas a causa del virus. La medida se extenderá por quince días con el propósito de coordinar medidas y movilizar recursos para intentar frenar el contagio.

La locutora sanlorencina Julieta Fedele vive actualmente en la ciudad de Tarragona y habló esta mañana en Radio Black 92.5: «El nivel de contagio está muy complicado. Donde estoy ahora no hay casos registrados, pero sí en Barcelona. De hecho inició la cuarentena y suspendieron las clases», comenzó su relato.

El brote se registró principalmente en los últimos quince días. «Acá había una despreocupación muy grande. Después de los primeros casos confirmados no hubo contención ni medidas en aeropuertos y fronteras, la gente siguió fluyendo con naturalidad. No hubo conciencia social; hoy se habla las 24 horas del virus», sintetizó Julieta para explicar la realidad actual.

La locutora aseguró que la gente comenzó a tomar conciencia tras un discurso del primer mandatario en el que expuso lo que estaba ocurriendo. A partir de entonces también se produjeron algunos efectos indeseados: «No hay guantes, barbijos ni alcohol en gel. Colapsaron los hospitales y se vaciaron los supermercados. Ahora es el momento de quedarse en casa. depende de la colaboración de la sociedad entera».

Cabe recordar que la Organización Mundial de la Salud declaró a Europa como «epicentro» de la pandemia. Una vez activado el estado de alarma, el gobierno español puede:

Limitar la circulación o permanencia de personas o vehículos en horas y lugares determinados, o condicionarlas al cumplimiento de ciertos requisitos.

Practicar requisas temporales de todo tipo de bienes e imponer prestaciones personales obligatorias.

Intervenir y ocupar transitoriamente industrias, fábricas, talleres, explotaciones o locales de cualquier naturaleza, con excepción de domicilios privados, dando cuenta de ello a los ministerios interesados.

Limitar o racionar el uso de servicios o el consumo de artículos de primera necesidad.

Impartir las órdenes necesarias para asegurar el abastecimiento de los mercados y el funcionamiento de los servicios de los centros de producción afectados.