Uno de los puntos más debatidos del DNU es la posibilidad de que los contratos se realicen en la moneda acordada entre las partes, ya sea en pesos, dólares, euros u otra divisa.

La reciente derogación de la Ley de Alquileres de 2020 a través del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) impulsado por el presidente Javier Milei reconfiguró el presente y el futuro del mercado inmobiliario de alquileres. Este movimiento radical eliminó las reglas existentes, sumergiendo al sector en una inexplorada «libertad» contractual. A medida que se desata el debate, surgen inquietudes por parte de los inquilinos y confianza en la autorregulación como camino hacia un equilibrio por parte de los agentes inmobiliarios.

Uno de los puntos más debatidos del DNU es la posibilidad de que los contratos se realicen en la moneda acordada entre las partes, ya sea en pesos, dólares, euros u otra divisa.

El DNU establece la libertad en fianzas y periodicidad de pagos, permitiendo a las partes acordar cantidades y monedas para fianzas o depósitos en garantía, así como la devolución al finalizar el alquiler. Además, se puede pactar la periodicidad del pago, que no puede ser inferior a mensual según el Artículo 1196 del Código Civil y Comercial (CCyC).

Lisandro Cuello, experto inmobiliario de la ciudad de Buenos Aires, destaca que la desregulación se traduce en pautas «más transparentes» para propietarios e inquilinos, proporcionando un entendimiento claro de los términos contractuales.

La «dolarización» de los contratos ya es una tendencia presente, especialmente en CABA y algunas localidades del Gran Buenos Aires, aunque con menor impacto en el interior del país. Sin embargo, la preocupación aumenta debido a la inflación descontrolada.

El DNU permite ajustar los valores de los alquileres utilizando cualquier índice, público o privado, según el Artículo 1199 del CCyC. y La convivencia de tres modalidades de contratos hasta 2026, la falta de plazos mínimos legales y la flexibilidad en la duración de los contratos son aspectos inéditos en la historia inmobiliaria argentina.

La Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo del Congreso tiene ahora la responsabilidad de evaluar el DNU en los próximos días. En caso de no emitir dictamen en 10 días hábiles, las Cámaras deberán abordar el tratamiento del DNU por iniciativa propia, o de lo contrario, el decreto quedará automáticamente vigente.

Marta Liotto, ex presidenta del Colegio Profesional Inmobiliario porteño, sostiene que este escenario puede aumentar la oferta de viviendas, beneficiando a los inquilinos al tener más opciones disponibles. La profesional indica que la falta de regulación sobre la periodicidad de los ajustes genera incertidumbre, pero se espera que se adopte un criterio uniforme para evitar una total heterogeneidad.

A pesar de la incertidumbre inicial, los expertos creen que, con el tiempo, la oferta de viviendas se incrementará, los precios se estabilizarán y se alcanzará un punto de equilibrio en el mercado de alquileres argentino.