Tras cuatro meses de cuarentena, el presidente del club beltranense, Marcelo Albelo, habló sobre la delicada situación que atraviesa la institución: pocas disciplinas en actividad, escasa recaudación y sin ayuda del Estado.

La crisis sanitaria que atraviesa el mundo por la pandemia de coronavirus obligó a los clubes a cerrar sus puertas a mediados de marzo. Desde entonces, cada provincia trabajó en la habilitación de algunas disciplinas, bajo estrictos protocolos para evitar la propagación del Covid-19.

Sin embargo, la realidad que atraviesan es similar para todos: deudas económicas que se generaron en este período y un flujo de ingresos que lejos está de poder cubrir los gastos fijos. «Ya veníamos mal cuando, en 2017, se quitó el subsidio al gas que percibían los clubes. La pandemia complicó aún más el panorama, la recaudación se vino abajo», explicó Marcelo Albelo, presidente de Garibaldi de Fray Luis Beltrán, en diálogo con el programa Zona de Juego de Radio Black 92.5.

La institución cuenta con personal registrado y algunos otros con contrato. «Cada pesito que el socio paga lo llevamos a un fondo que repartimos entre los empleados. Algunos tienen otra actividad y otros no

A partir de la habilitación de algunas disciplinas por parte del gobierno provincial, Garibaldi retomó las clases de patín, básquet de mayores, tenis y voley, con las limitaciones que el protocolo exige tanto en edad como en espacio.

La última flexibilización incluyó a los natatorios, pero desde el club beltranense reconocen que su apertura hoy es imposible: «Principalmente por cuestiones de horarios permitidos y la capacidad reducida. Es imposible trasladar dinero de otras actividades a cubrir el bache que generaría la pileta climatizada».

De hecho, Albelo comentó que se debió utilizar para el pago de sueldos de los empleados un fondo que estaba destinado a reparar la caldera. «El daño económico que sufre el club es importante. Salvo que venga alguien y se haga cargo, no estamos en condiciones de solventar los gastos».

El presidente de Garibaldi lamentó también que el Ministerio de Educación este incumpliendo el convenio vigente con el club por el uso de las instalaciones por parte de algunos establecimientos educativos de la ciudad: «Hace dos meses que no nos pagan», y agregó: «El socio empezó a abonar, se puso al día cuando se retomaron las clases, pero el que pagaba para colaborar con el club, en este momento no está pagando y hacemos malabares para cumplir con todas las obligaciones».

Otra de las fuentes de ingresos que tenía la institución eran los alquileres del salón de eventos,  rubro completamente paralizado. Además, allí se emplazó un centro de aislamiento con 30 camas, en colaboración con la Municipalidad.

«No hay ayuda de Nación ni de Provincia. Nos hacen llenar papeles, enviar notas y no recibimos ni un llamado. Nosotros cumplimos una función social muy grande», concluyó Albelo.